En 1770, los franceses lo llamaron Le Lotto y las reglas establecidas por ellos siguen vigentes hasta hoy. Fueron los primeros en implementar el uso de tarjetas, fichas, y en cantar en voz alta los números. En la época, solo la clase aristocrática disfrutaba de este juego y los premios estaban lejos de ser como los de hoy en día, bastaba un reconocimiento como ganador.
Luego en Alemania, el bingo fue usado con fines educativos para enseñar a los niños a multiplicar los nombres de los animales, letras, etc.
Cuando el Beano llegó a Norteamérica, se jugaba en ferias y plazas, una persona cantaba los números que sacaba de una caja de cigarrillos y los demás marcaban con una alubia los números que salían y el que completaba un cartón gritaba “beano”.
Edwin Lowe, un vendedor de juguetes neoyorquino, descubrió el Beano en una de sus visitas a Atlanta. Cuando Lowe estaba recorriendo una feria al pasar por uno de los puestos notó un gran alboroto. Fue ahí cuando Lowe descubrió el Beano. Ese mismo día intentó jugar, pero no encontró lugar. Lo que si supo es que iba a ser uno de los juegos más populares del mundo. Contagiado con el entusiasmo, Lowe compró todo lo que necesitaba para organizar el juego. Reunió algunos amigos en su casa y vio que los mismos experimentaban estados de euforia similares a los que había visto en la feria. Fue en ese momento de gran ansiedad y nervios cuando uno de los jugadores a los que le faltaban una bola para completar beano obtuvo el número que le faltaba y gritó Bingo en vez de Beano. Fue así, de forma espontánea que el juego pasó a llamarse Bingo.
En Pennsylvania, un cura se encargó de usar el bingo como forma de recaudar fondos para la Iglesia. En principio el juego solo ofrecía 24 variantes únicas de tarjetas y como el juego se expandió de forma acelerada y cada vez eran más las personas que participaban, los curas vieron que más de un jugador ganaba el mismo juego. Para eso pidieron ayuda a Lowe, quien contrató a un matemático, Carl Leffler, quien para 1930 ya había creado 6000 combinaciones únicas de tarjetas.
Más tarde cuando se autorizó el bingo en España, surgió el Bingo con 90 bolas. Hoy en día el juego se ha propagado por el mundo y su auge en Internet contribuyó a que este juego sea uno de los más buscados en el mundo.